Se llama Maggie, y es una perra que ha tenido en su vida mucho desánimo y soledad. Por eso, cuando se topó con quien sería su nuevo padre, se abalanzó en él y lo abrazó tiernamente. ¡No podía estar más feliz! Se había cumplido lo que más deseaba, un hogar y alguien que la amara.
Para Maggie no se trata solo de una familia, Mary y McCraw se ha convertido para ella en algo más que sus padres adoptivos. Ellos por su parte, consideran que desde que ella llegó a casa, se ha convertido en un verdadero apoyo emocional y más desde que experimentaron la pérdida de Mischka.
Mischka tenía un afectamiento incurable en su salud, y a pesar de que hicieron todo lo que pudieron, su mascota no pudo salvarse. Para ellos fue una pérdida muy desanimadora y difícil de superar.
Maggie vivía en un albergue conocido como Halfway There Rescue. Desafortunadamente, quienes la tuvieron antes de llegar a este lugar, se deshicieron de ella después de ser utilizada como animal de cría. Así que, la meta era encontrar a los nuevos padres de esta dulce amiga.
Por fortuna para ella, llegaron al refugio los McCraw, él cuenta lo que ocurrió en su primer encuentro: «Me agaché, y en cuestión de segundos estaba en mi regazo y en mi vida. Conocerla fue amor a primera vista, fue una conexión instantánea. Sentimos que ella estaba destinada a estar con nosotros”.
Mark fue al refugio con reservas, pero a la primera mirada quedó enamorado de Maggie. Dijo: «Ella derritió mi corazón. Habíamos perdido a nuestro otro perro unos meses antes de conocer a Maggie, y esto fue solo un encuentro en mi mente. No pensé que estaba listo para un nuevo perro en ese momento”.
Lo primero que la perra hizo fue ir a sus brazos con ternura, hasta le quitó la gorra que llevaba en su cabeza. Quienes se han encargado del cuidado de Maggie en los últimos meses, aseguran que ella es una perra amorosa, pero hacía falta en su vida alguien como los McCraw, y ¡Llegó el día!
La chica que la cuidaba en el refugio relata: “En el momento en que Maggie conoció a su nuevo papá, mi esposo y yo nos miramos, lo sabíamos. Fue como una película. Estaban destinados a estar juntos. El rayo de sol que se ve claramente en el video me hace creer que su antigua perra, Mischka, miraba desde arriba esa reunión y sonreía”.
Luego de perder a Mischka, Mark descartó enseguida la idea de tener otra mascota a casa, pero cuando conoció a Maggie, cambió de parecer. Y, ahora está convencido de que es lo mejor que pudo haber hecho, al final de cuentas es un amor plenamente correspondido.
McCraw cuenta: “Maggie trae alegría a todos los que conoce y continuamente mejora nuestra vida. Mirar esos ojos hace del mundo un lugar mejor”. No pueden sentir más felicidad, ellos, porque Maggie ha sanado el dolor por su anterior pérdida y ella porque necesitaba urgentemente ser amada.
